Carta de presentación

Parece inevitable la tentación de las nuevas generaciones por tener un blog, o “el diario voyeur del sigo XXI”, según lo definió un lúcido amigo.

Llevo meses deshojando la margarita, viendo qué hay, qué no, qué quiero y qué descarto. Esta criatura, como todas las creaciones, pronto tendrá personalidad propia y de a poco irá tomando su propio camino.

Recorriendo la blogosfera se encuentran casos en los que este nuevo espacio sirvió para que algunos de sus autores publiquen libros, otros saquen a relucir sus pensamientos, existen blogs de periodistas reconocidos donde vuelcan la información que no pueden brindar en los medios para los que trabajan; se encuentran algunos donde se exponen las negligencias salariales del periodismo más puro y duro- que ningún otro diario ("perro no come perro", dicen en la profesión) se atrevería a difundir-, y otros que dejen testimonios de la historia contemporánea- el caso que más me llamó la atención es el de la ola de violencia colectiva en los suburbios de París, donde la velocidad informativa vino de sus testigos directos (imaginen lo que hubiera sido el 11 de septiembre si el uso de los blogs tuviese la relevancia que tiene hoy día).

Los hay para todos los gustos y todos los colores. Nadie sabe exactamente adonde lleva la blogósfera, pero todos quieren formar parte de ella. La democracia de este océano lleva a hermanar en un mismo mar a aquellos que finalmente tienen algo para decir con los que no. Y el único que juzga es el público…

Este espacio, que por desgracia no pudo llamarse “La ventana indiscreta”- estaba tomado el nombre-, en honor a una película de Alfred Hitchcock de 1954 donde James Stewart es un fotógrafo que está postrado en una cama- Grace Kelly es su novia- y es testigo de un asesinato desde la ventana de su departamento, no tiene más intención que contar historias.