
Pero a diferencia de la lectura que se hace en cualquier país del mundo, suicidarse en Japón es un acto de valentía y de honor. Implica ahorrar a la familia y a las personas cercanas el sufrimiento por la pérdida de honor, y se entiende que en el último momento de la vida, el suicida tuvo un acto que lo enaltece.
Un libro interesante para entender algunas tradiciones inentendibles para nosotros los occidentales es "Estupor y temblores", de Amélie Nothomb, editado por Anagrama en 2004.
Por eso, recuerde, si está pensando suicidarse, múdese a Japón, que allá lo enterrarán con honores.
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